Complicidades

Es difícil no sentirse cómplice de lo que pasa en México cuando, simplemente, nada pasa. La tragedia del Casino Royal en la Ciudad de Monterrey, cuya atrocidad trastorno la vida pública de todo el país, no ha tenido ningún efecto, no ha provocado nada que haga imaginar que se ha llegado a una situación límite. Al contrario, ha quedado sumida en la indiferencia de una sociedad -la de Monterrey, pero también, la de todo el país- que solo ve cómo las autoridades son, sin avergonzarse, cómplices del narco.

De nada valió que tras la tragedia se identificara a un policía como parte organizadora del ataque al Casino. De nada valió que se difundieran videos donde el hermano del alcalde de Monterrey Fernando Larraizabal recibía dinero en efectivo en uno de los casinos de la ciudad. De nada importó que mandos de la Secretaría de Gobernación aparecieran involucrados. Todo sigue igual. Sin alterarse, como ha pasado con tantas otras cosas, como con la Guardería ABC, donde la complicidad de los gobernantes se hizo igualmente manifiesta y hasta el día de hoy nadie ha sido responsabilizado por los hechos.

A mi me ofende hoy especialmente una imagen. La del alcalde Larraizabal al lado de su esposa y sus hijas. Es decir, respaldado por la imagen de su familia, cuando niega cualquier relación con las actividades de otro miembro de su familia en actos de corrupción en un tema tan delicado como el de los casinos. Me cuesta trabajo comprender la falta de responsabilidad moral y política, la tibieza de su partido al pedirle la separación del cargo, el silencio del presidente y del gobernador. Pero sobre todo, la complicidad de todo el cabildo, e indirectamente de la sociedad regiomontana.

El narco, la violencia, el desmoronamiento moral del país, que es lo que miramos día con día, es consecuencia de esa complicidad que al parecer no reprocha sino que alienta la corrupción.

México es hoy una sociedad postrada a la espera de un nuevo salvador. Triste porque no puede ella ser quien se salve, la que tome el rumbo y las riendas. Cuántas tragedias más estamos todavía por ver…


72 Migrantes

72 Migrantes

A través de un tweet del New York Review of Books me enteré de  72 Migrantes, un proyecto coordinado por Alma Guillermoprieto, una colaboradora del New York Review y del New York Times. 

El proyecto es un homenaje a 72 migrantes mexicanos (58 hombres y 14 mujeres) que murieron intentando cruzar la frontera de México con Estados Unidos en busca de trabajo, a través de 72 relatos y fotografías (y también canciones, que se pueden descargar gratuitamente).

El sitio funciona como una especie de altar de muertos interactivo y recibe donaciones para varias casas-albergue para migrantes, por medio de la casa «Hermanos en el Camino,» de Ixtepec, Oaxaca, administrada por el Pbro. Alejandro Solalinde.

El blog del New York Review publicó una selección de los textos incluidos en el sitio, traducidos al inglés por alumnos de los seminarios de traducción de  Esther Allen en Baruch College, CUNY, y Princeton.

Ignoro qué tanta difusión se le ha dado a este proyecto en México. Merece la pena. Ojalá puedan pasar la voz. Compartir un vínculo no cuesta nada…


Buscaglia sobre delincuencia organizada en México

Edgardo Buscaglia da una clase magistral en 20 minutos sobre la situación del crimen organizado en México (leáse narcotráfico, pero también al menos 21 tipos de delitos más con presencia en 52 países incluídos Alemania y España). Imperdible.

Edgardo Buscaglia es doctor en Derecho y Economía y Jurisprudencia y Política Social por las Universidades de Illinois y de Berkeley y senior scholar de leyes y economía de la Universidad de Columbia. Desde 2001 es asesor de la Naciones Unidas, donde ha fungido como Jefe de Misiones y de director y experto en materia de reforma judicial en países como Afganistán, Jordania, Pakistán, Nigeria y Colombia.

Via Édgar Clément.


Dos minutos en la historia de un país

La noticia en el diario español El País, aquí.


Un espectro recorre México…

…el de la falta de ética periodística, cívica, política. El de la falta de inteligencia.

Todos los que hemos visitado o vivido en la ciudad de México sabemos que tiene un problema vial muy serio. Ante la inexistencia de un sistema de transporte público eficiente y seguro (a pesar del milagroso funcionamiento del Metro), el DF es el reino del automóvil. Cuando las vías se saturaron, se construyeron más pisos y se abarataron los créditos para comprar autos nuevos. Las familias que pueden se acostumbraron a que cada quién tenga su auto. El automóvil es el hábitat de millones. Las banquetas, cuando las hay, parecen no ser para caminar: el peatón, en términos de infraestructura urbana, no existe (y si existe es como si no tuviera derechos humanos). A las élites de México les gusta andar en bicicleta en París, Londres, Berlin y Ámsterdam, pero no en el DF, donde es cosa de clases sociales y actividades económicas que ven con menosprecio.

Mientras, la ciudad es una olla de presión donde el vapor está lleno de toxinas. La promoción del uso de la bicicleta en la capital mexicana ha sido un triunfo ciudadano, que podría tener consecuencias muy positivas a corto y lejano plazo, si es que se acompaña de una gradual serie de transformaciones estructurales. Por lo pronto, la adopción de la bicicleta es una medida que cualquiera con una pizca de entendimiento vería como positiva. Conociendo las complejidades de la vida en el DF, no es cosa simplemente de agarrar la bici y ya, pero por algo se empieza.

Es en este contexto que Ángel Verdugo, que por razones desconocidas por mí cuenta con el privilegio de un espacio radiofónico y una audiencia masiva en 98.5 de FM, se permitió decir en la esfera mediática pública que «un fantasma recorre el Distrito Federal… los ciclistas». Verdugo procedió entonces a vociferar una diatriba donde pedía a sus escuchas (a quienes asume todos como automovilistas): «láncenles el vehículo de inmediato, no les den oportunidad de nada, aplástenlos para ver si así entienden…”

[Escuchen el audio completo aquí, cortesía de Bicitekas]

La violencia contra el ciclista no es una cuestión exclusiva del DF. En las grandes ciudades, incluso en aquellas donde existe una cultura ciclista muy arraigada, las relaciones entre automovilistas y ciclistas pueden ser difíciles. Sin embargo, las acciones de Verdugo, como lo señalaron con precisión los colegas de Chilango, «son inaceptables y nos avergüenzan como gremio».

Este es otro ejemplo más de cómo la ciudadanía mexicana está sujeta a un constante ataque por parte de los medios masivos de comunicación, donde parece no haber ley o estándar alguno que les obligue ya no a la corrección política, tan fácil presa de la hipocresía, sino al periodismo ético.

Urge promover, practicar y proteger una cultura de ética periodística donde este tipo de llamados a la violencia, simbólica y literal, sean documentados, discutidos y castigados cuando así sea necesario. Me encantaría, por ejemplo, ver que el Observatorio de Medios de la Universidad Iberoamericana analizara y denunciara éste y otros casos similares.

En una democracia efectiva, donde se valore el impacto de los mensajes mediáticos en el bienestar de la población, este tipo de llamados a la violencia e intolerancia podrían llegar a ser sujeto no sólo de advertencia sino de persecución judicial. La libertad de expresión es una cosa. El abusar de los espacios mediáticos para provocar polarización y tensión social es otra. Y no lo decimos de broma.

Actualización: el periódico El Universal reporta que

La estación de radio Reporte 98.5, a través de su cuenta de Twitter, informó que el «Comité de Ética de Grupo Imagen Multimedia decidió  suspender de forma indefinida la participación de Ángel Verdugo», luego de los comentarios que realizó sobre que los ciclistas en la ciudad son «una plaga» por lo que llamó a los automovilistas a «aplastarlos».


		

Los chistes de TV Azteca

Corría el minuto 40 del primer tiempo del partido de la liga de primera división mexicana entre el Santos Laguna y el Monarcas Morelia. La pelota se desplazaba lánguida por el césped del Nuevo Estadio Corona de la ciudad de Torreón, Coahuila, cuando comenzaron a escucharse ráfagas de ametralladora. El estadio entró en pánico. Los jugadores corrieron a refugiarse a los vestidores mientras los espectadores buscaban refugio tirados entre las bancas o parapetados detrás de los muros a su alcance. El encuentro de futbol era transmitido en vivo a México y Estados Unidos por dos televisoras: por canal 13 de la televisión abierta, propiedad de TV Azteca, y por uno de los canales de cable de la cadena de deportes ESPN . Ambas captaron el inicio de la balacera y el terror dentro del estadio. Sin embargo, a los 7 minutos TV Azteca decidió suspender la transmisión y en su lugar emitir un programa cómico. El contraste no podía ser más alto: mientras una cadena deportiva internacional trataba de mantener informada a su audiencia de lo que estaba sucediendo, la televisora mexicana optaba por censurar la información directa y presentar a sus televidentes un programa que ofrece pura anestesia.

Desde el punto de vista periodístico, TV Azteca dejó de transmitir una noticia que hoy le ha dado la vuelta al mundo, y mantuvo en suspenso y sin información a su audiencia hasta el momento de sus noticiarios oficiales. Es decir, prefirió el control informativo a la cobertura profesional de un evento del que tenía el privilegio de tener la primicia. Su decisión deja muy en claro la dinámica de simulación que caracteriza a muchos medios en México. TV Azteca es promotora y signataria del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la violencia en el que se establecen algunos criterios editoriales para tratar el tema de la violencia criminal en México, pero que su orientación real, en la práctica, ha sido la manipulación informativa.

La guerra contra el narcotráfico es también una guerra mediática. El narcotráfico parece beneficiarse (al menos eso se dice) de producir terror en la población. El gobierno se beneficia en cambio, de que la percepción de violencia incontrolada, no se generalice. En el centro de estos dos frentes, los medios mexicanos parecen haber optado, como TV Azteca, por tomar el partido del gobierno, ser sus adalides, renunciando así a ser fuentes de información confiable. Si la balacera de ayer en Torreón es terrible, que TV Azteca haya dejado de informar, es imperdonable, un atentado contra la democracia, contra el derecho de estar informado. Estamos en una guerra donde se pierde por todos lados.


Narrando los Riots

El London Review of Books es mi publicación literaria (y política) favorita. No me pierdo un número.

Tienen un blog y han estado publicando excelentes reportes con testimonios de escritores locales sobre zonas específicas donde han habido disturbios.

Si leen inglés (o usando Google Translate) por favor lean los siguientes posts:

Los artículos del London Review se suelen compartir en Twitter usando el hashtag #lrb o #LRB.


Disturbios en Londres

Estoy re-escribiendo un post breve que iba a enviar ayer en la mañana, pero decidí esperar sospechando que las cosas cambiarían. Se pusieron, de hecho, peor.

Este mapa muestra las localidades donde se han verificado incidentes:

Ver también este mapa y cronología de la BBC.

Si necesitan conocer cómo comenzó todo esto, conviene ver este artículo de Paul Lewis, que ha hecho un trabajo excelente reportando a través de Twitter para el periódico the Guardian.

Los vínculos esenciales (en inglés) que recomiendo para comprender la situación son los siguientes: [iré agregando artículos conforme vaya leyendo más]

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Ayer por la noche hubieron disturbios también en Bristol, Liverpool y Birmingham, aunque con menos intensidad afortunadamente.

La mejor forma de seguir lo que pasa en vivo es a través del live blog del Guardian y de los hashtags #londonriots, #ukriots, #riots y #riotcleanup

Es importante señalar que vastas áreas de Londres y por supuesto del Reino Unido funcionan con normalidad. Durante el día no ha habido violencia, el sábado comenzó por la noche y lunes y martes no inició sino hasta después de las 5PM.

Los medios y los mapas pueden dar la impresión que todo Londres está en llamas, y no es así; los disturbios han estado concentrados en zonas muy específicas (tramos pequeños donde están los negocios de las calles principales en los barrios afectados).

Independientemente de posiciones políticas individuales, lo que es un hecho es que no hay quien no hable del asunto, y todos los londinenses y ciudadanos británicos estamos preocupados y buscando que esto se solucione pacíficamente a la brevedad.


Las palabras de la violencia

En México se dice que «ya estamos hasta la madre» de casi todo lo que importuna. Estamos hasta la madre de la contaminación, de los baches, del tráfico, de la selección, de la política, de la corrupción, de la violencia; estamos, incluso, hasta la madre de estar hasta la madre, indignación al cuadrado que subordina la reflexión al mero hecho enunciativo. Un claro ejemplo de esto es la campaña Alguien tenía que decirlo, cuyo propósito es el de documentar fotográficamente irregularidades que los habitantes de la ciudad de México viven diariamente, mediante la denominación de cada problema antecedido por la palabra «pinche»: Pinche bache, pinche tráfico, pinche inundación, pinche inseguridad, pinche corrupción, pinche violencia.

Lo cierto es que, sin darnos cuenta, las palabras de la violencia se han apoderado poco a poco de nosotros. Lo notó ya Raymundo Riva Palacios en un artículo en El País ( 21 de abril de 2010) titulado «Las palabras sí importan«, y lo ha reafirmado no sólo la realidad desde entonces sino también esta nota de José Luis Ruiz en El Universal (22 de enero de 2011) titulada «El narco infiltra el lenguaje«. Entonces, de repente, hemos comenzado a hablar como ellos, hemos comenzado a nombrar el mundo según una perspectiva del mundo que no es la nuestra pero que comienza a serlo, porque es imposible permanecer indiferente frente a ella:

Manta dice: "AGARRASE GOVIERNO UNIDO AL MAYO Y AL ENANO MONTA PERROS EMPEZANDO POR EL ARTISTA (LUIS MIGUEL) VAN A SABER QUIEN MANDA PINCHES 29 TRAICIONEROS" [sic]. Via Noroeste.com

foto via Noroeste.com

Las palabras de la violencia cumplen admirablemente con la coherencia entre sentido y forma: violentan a la sociedad y violentan el lenguaje al mismo tiempo. Sí, de acuerdo: pinches drogas, pinche narcotráfico, pinche mala ortografía, pinche violencia, pero ninguna de estas palabras supera el valor denotativo de nuestra indignación. Por eso iniciativas como la de 100 mil poetas por el cambio aparecen este 2011 para darle un nuevo valor a la palabra y devolverle la connotación perdida.

Quizá tendríamos que empezar por ahí, por restituirle a las palabras ese valor que estamos dejando que nos arrebaten.


Granadas: de poesía y violencia

Cultivar granadas

Además de animarme a retomar el blogueo en español y sobre temas mexicanos, este festival de blogs sobre México y la violencia me ha obligado a repensar las formas en que reaccionamos a los problemas del país.

México sufre diferentes tipos de violencia, que van de los más «sutiles» o transparentes y por lo tanto no siempre notados (por ideológicos, expresados en prácticas y actitudes culturales, usos de lenguaje, etc.) a lo más directos (feminicidio permanente, la guerra contra los drogas, crimen e inseguridad urbanas, etc.).

La escritura siempre ha sido mi forma preferida de expresión. Los sucesos recientes en México, sobre todo las noticias sobre Ciudad Juárez y la violencia relacionada con el tráfico de drogas han tenido un impacto profundo en la forma en que me veo a mí mismo en relación con mi país natal.

Entre 2008 y 2009 intenté reaccionar a esto a través de un blog, una bitácora poética en línea donde fui jugando con iconografía mexicana y la idea de ciertas imágenes poéticas relacionadas con México, así como ciertas lecturas, particularmente El laberinto de la soledad de Octavio Paz y las noticias sobre el país en los periódicos, que luego intentaba traducir en poemas propios escritos en inglés y español.

Durante más de un año escribí poemas cotidianamente directamente en el blog (que ya borré), y el trabajo despertó el interés de Alan Baker, poeta y blogger británico entusiasta de la obra de Paz, y uno de los editores de Leafe Press, una editorial independiente basada en Nottingham, Reino Unido.

El resultado fue el libro The Present Day. The mañana poems, una colección de poemas bilingües que dediqué respetuosamente a las víctimas de la violencia reciente en México.

The Present Day (Leafe Press, UK, 2010)

No se me escapa la ironía, por supuesto, que mi libro es prácticamente desconocido en México, que está escrito en su mayoría en el idioma inglés y que sólo se puede adquirir a través de Internet y si se tiene una tarjeta bancaria. Por otro lado, publicar mis libros en México me ha resultado imposible hasta ahora y ha sido muy satisfactorio que mi trabajo haya sido del interés de editores y lectores que no me conocen en persona, en otro país y en otra lengua.

Uno de los poemas que más me gustaron del libro está inspirado en los ataques en la plaza de armas de Morelia y en unas líneas del «Suave Patria» de Ramón López Velarde:

«Suave Patria, this is your omen.»

-Ramón López Velarde

Suave Patria,
was this your omen?

What was once
a sweet fruit,

eaten in colonial,
coal smelling plazas,

what was once
maize became opiate,

what was once
fiesta became wake.

Despierta, Suave Patria:
del cielo solo cultivarás granadas.

Ryan Scott hizo una lectura muy generosa de mi libro en la revista británica Stride. Pueden leer la reseña [en inglés] aquí.